"Crecí 13 centímetros el verano en que tenía 16 años", recordaba Ibra, que ya no entraba en sus zapatos. "Me quedaron estrechos y los pies me dolían", pero no había dinero para renovar los escarpines. Aparte, los compañeros le gastaban bromas por sus garras gigantes: "Me decían que nunca sería un jugar técnico... pero es peligroso retarme", puntualizaba quien hoy día es capaz de hacer filigranas calzando un '47'. Zlatan asimismo explicaba que "gracias al taekwondo pude trabajar la estabilidad". Todo ello ha contribuido a que dos de los tres goles de Ibra como azulgrana hayan sido con el pico de la bota.
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