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01 septiembre 2012

ENTREVISTA


TAEKWONDO

«La medalla me hizo sentir orgullo y un vacío de alivio»

El técnico coruñés Marco Carreira preparó a Nicolás García para su aventura olímpica

 

Marco Carreira (A Coruña, 1974) lleva el taekwondo en la sangre. Con solo 13 años comenzó a competir animado por su entrenador y amigo José Luis Garrapucho. En su haber destacan, entre otros, los título de campeón de España juvenil y absoluto, tercero de Europa, nueve veces campeón gallego... Un sinfín de galardones que lo han llevado a lo más alto. Ahora, el coruñés es técnico de la federación española de esta disciplina y preparó a Nicolás García para conseguir la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres.
-¿Cómo se sintió ante el triunfo de Nicolás?
-Fue una sensación doble. La medalla me hizo sentir orgullo por el trabajo que habíamos realizado y un vacío de alivio. Dije qué bien, ya ha pasado el momento y tenemos una medalla.
-¿Hubo muchos nervios?
-Desde que le dijeron a Nico que iba al preolímpico fue un año y medio de muchísima tensión. Un sacrificio muy largo. El día de alcanzar la final yo no paraba de sudar por la tensión y los nervios.
-Entonces en el combate final, ¿cómo canalizó esa presión?
-La verdad, fue un combate muy tranquilo. Habíamos llegado allí, la meta ya estaba alcanzada así que solo quedaba esperar. Quien estuviese más fresco, ganaría. Aun así, el objetivo ya estaba conseguido.
-¿Nicolás tenía alguna manía antes de salir a luchar?
-Su ritual es subir las rodillas al pecho y hacer cuatro saltos.
-Ganó como entrenador pero, ¿le hubiera gustado acudir como taekwondista?
-Esto ha sido lo que no pude conseguir como deportista. Para mi era un sueño ir a los Juegos Olímpicos y como no pude ir en su día, ahora lo conseguí yendo como entrenador de Nico.
-¿Es una medalla compartida??
-No, la medalla es de Nico pero detrás de él hay muchísimo trabajo. Él dice que soy el director de orquesta. Yo llevaba la batuta y él se llevo la medalla de plata.
-Usted no compite desde el año 2002, ¿qué recuerdo guarda de aquellos años sobre el tapiz?
-El campeonato de Europa del año 2000. Fue importantísimo para mi. Aguanté un asalto con el brazo roto.
-¿Y por qué decidió dejarlo, después de un exitoso palmarés?
-Me senté con Garrapucho, el que entonces era mi entrenador, mi guía y la persona que me enseñó de verdad el taekuondo. Vimos que no podía llegar a los Juegos y decidí dejarlo.
-¿Han cambiado muchas cosas desde entonces?
-Si. La inclusión del vídeo replay y los petos electrónicos fueron cambios buenos que provocaron una evolución muy positiva. Además, la cara puntúa más, y así el juego es más vistoso, más arriesgado y más tenso. Muchísimo más emocionante que cuando yo competía.
-¿Quizá ahora es un deporte más conocido?
-La verdad es que el taekwondo ha tenido muchos éxitos, hay muchísimos campeones pero no hay tanta repercusión. Cada cuatro años llega la oportunidad, en los Juegos, y hay que hacer todo lo posible. Este año salimos por la puerta grande. Se convirtió en el sueño que nadie esperaba. Fue un equipo increíble que logró algo histórico.
-¿Alguna vez pensó que iría a las villa olímpica como técnico y conseguiría una presea?
-Jamás. Era impensable. Estoy muy orgulloso. Fue una experiencia perfecta.

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